Todos somos iguales.
Todos tenemos algo bueno para dar a los demás.

Mi nombre es Lucía Iglesias, soy profesora nacional de Pintura y Grabado. Doy clases en tres talleres barriales y en la Universidad Nacional de Arte de Buenos Aires. Cuando me recibí hice un curso para dar clases de arte a personas ciegas y con disminución visual grave.

También conocí un poco de la Lengua de Señas Argentina, al participar de la ilustración de un diccionario especial, editado por el Ministerio de Educación. También tomé clases por dos años para profundizar en las señas. En 30 años de docencia tuve pocos alumnos con problemas de visión o sordos, pero esa experiencia me sirvió muchísimo para todo tipo de patologías y discapacidades. Teníamos que taparnos los ojos y hacer dibujo, pintura, grabado, escultura… Movernos en nuestras casas también sin ver.

El ponernos en lugar del otro, fue importante para poder dar guía y ayuda en la producción de arte de otras personas. Tengan o no alguna dificultad. Todos somos iguales. Y todos tenemos algún tipo de discapacidad. Yo no soy capaz para los deportes. Nunca lo fui. Pero hay otras cosas que sí puedo hacer. Las personas que tienen alguna dificultad motriz, mental, de audición, visión, etc. suelen tener un gran talento para algo. Unos son excelentes cantantes, o geniales para la computación, para las artes plásticas, los deportes, la cocina, la locución, para los números, la poesía, tantas cosas!

Mi objetivo es tratar que los alumnos saquen lo mejor de sí. Tengan o no alguna dificultad. Para eso les doy herramientas, ejercicios, les muestro obras de artistas y que experimenten muchas técnicas, para saber cuál les gusta más y desarrollarla en profundidad. La paciencia y el amor son muy importantes, sin ello es complicado llegar a las metas. Particularmente aprendí a entender qué tenían en común determinadas patologías, por ejemplo personas con esquizofrenia y bipolaridad son inconstantes. Tienen proyectos que luego abandonan y planifican otras cosas nuevas.

Los chicos con déficit de atención e hiperactividad hacen muchos trabajos, unos tras otros, pero no logran terminarlos. Pocos concluidos y muchos inconclusos. Personas con retraso mental o que sufrieron ACV, o golpes en la cabeza, no hacen tareas en casa, sino que necesitan la guía y que uno esté al lado animando y mostrando lo que hay que hacer. Autistas o disléxicos, son muy exigentes con ellos mismos y a veces se enojan si algo no les sale como esperaban…

Las personas sordas y que tienen dificultad para ver al mismo tiempo, encuentran en el arte un gran espacio para expresarse, porque en la vida cotidiana los demás no los pueden comprender y ellos no comprenden a los demás. Las personas con Alzheimer necesitan dirección constante, pero logran hermosos cuadros si logramos mantener su atención con mucha paciencia.

Las personas que no pueden mover alguna parte de su cuerpo, como las manos, aprenden a usar otras partes para aferrarse de un lápiz o pincel, como la boca o los pies. Ellos logran hacer cosas increíbles. Y nos enseñan todo el tiempo que no tenemos excusas para lograr ser artistas en un mundo dispar. Y hay que mostrarlo, para que todos podamos aprender a descubrir el talento que Dios nos dio. Y desarrollarlo.

Lucia iglesias
Colaboradora