Accede al video >>

 Estén atentos cuando anden, y no anden por andar, no descuiden cada paso, porque juntos crecerán, la prisa será una constante que a su juventud acompañará, y con ella aprenderán, que no es más rápido el más ligero, sino aquel que sabe a dónde y por donde va; el secreto es atreverse, no lo duden, no es casualidad, el hombre que siente confianza en sí mismo, sorprendido quedará, al ver que todo es posible, si arremete sin parar, la vida no es para cobardes, sino para aquel que la sepa desafiar, las tantas cosa que encierra y entre tantas disfrutar, una de ellas, la más bella, que se llama libertad.

          Sepan que en este mismo camino no siempre van a triunfar, si el éxito quiere lograr, pónganselo en la cabeza, triunfante se sentirán con lo que hagan de corazón, porque al final de su camino en la balanza pondrán, no todo lo que han hecho, porque solo servirá, lo poco o mucho pero bueno y no tanta cantidad, que no sirva para nada, sino de bulto no más.

          Todo quedará en ustedes y en la voluntad por querer hacer cosas, cosas por cambiar, cosas por crecer, por querer, por ser, por sentir, por vivir. Traten en lo posible de no quedarse con ninguna duda que les haga sentir ese gusto amargo, por no haberse animado a desarrollar y llevar adelante los sueños que los desvelen cada noche por ser feliz, porque no hay más infeliz que aquel que no lo intenta, o se resiste en buscar su propia felicidad. La felicidad también la encontrarán teniendo fe, esperanza y creyendo en Dios, también verán que mucha gente no es feliz con lo que tiene y menos con lo que le sobra, porque seguramente lo que le sobra es lo que le está faltando a otro que lo necesita de verdad.

          Tengan en cuenta hijos míos, que la felicidad no les vendrá por sí sola a quererse instalar en sus vidas para siempre, todo lo contrario, son Ud. los que tendrán que invitarla a compartir su mismo camino, tomando el compromiso de cuidarla y protegerla, con seriedad, sinceridad y mucha responsabilidad, sin desaprovechar, ni desperdiciar cada momento de plenitud y esplendor y todo ese brillo mágico que haga llenar a sus vidas de alegría y emoción; es ahí donde se encontrarán transitando por el camino correcto, y esa será una de las tantas formas de ir conociendo y aprendiendo sobre el verdadero secreto de sus propias sabidurías que están encerradas y bien guardadas y son la esencia pura que cada uno de nosotros poseemos en nuestra vida desde siempre.

          Aprendan a defender lo que vayan consiguiendo con sacrificio, esmero y mucha voluntad. Por eso hay que animarse en la vida y saberse proyectar … pero cuidado, el animarse por animarse sin saber por qué lo hacen, no se llama valentía, … sino es tontera no más. Y para hablar del destino, sepan que hay que saberlo buscar, aquel que aprenda a encontrar su propio estilo de vida, muy a gusto ha de andar por el camino en esta vida y muy pronto sentirá una paz espiritual que lo convertirá en el auténtico amo y artífice de vuestro propio destino. 

          Por lo tanto, tengan en cuenta hijos míos, que en la vida no sirve todo lo que uno hace, sino porque y como lo hace, y cómo se siente uno después de haberlo hecho. Y por último quiero darles mi reflexión final sobre la vida, para mí, la vida se creó de un sueño, por eso debemos soñar creando nuestra vida con amor, y así comprenderemos que grande es el amor que Dios puso para crear este mundo, ayudémoslo, amemos la vida y estaremos amando la creación divina de Dios.

          La vida es un verdadero sueño.

Autor: Juan Carlos Gaiarin